Llamaron a la puerta, a las doce menos veinte
Y ella abrió en pijama. Tenía los ojos lluviosos y el borde de la nariz rojo. Su expresión varió unos segundos y despues como siempre.
Se abrazó a él, rogandole otra noche como la de hacía tiempo, se acurrucó en sus mejillas, desnudandole sus rarezas mientras él la deshacia de sus olvidos. Se acercó hasta algún lugar inexplorado de su boca, y le dio vida, color y ritmo. Hasta que crearon una melodia de lenguas, saliva y ganas, parecida a una opera de viento-madera, sin perder el tono, ni las miradas, se fueron devorando el uno al otro, y hasta cuando se mordian el sabor era dulce.
domingo, 14 de junio de 2009
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Vaya, vaya....sabor dulce...toda una explosión de sensaciones! Me encanta tu blog! Sigue así!
ResponderEliminarwaaaaaaaaa que rico se me antojo un beso de esos ajajaja me sonroje ajajjjaa besos....
ResponderEliminar-CopiaCopiaCopia que así te sientes mejor contigo misma, de lo mala ke eres escribiendo
ResponderEliminarAh, nadas x aki, eh?
Pues lástima ke no te hubiera visto antes, xk si no hubiera venido a decir ke eres una PLAGIADORA en toda regla ke no tiene nada suyo. Te limitas a copiar y adaptar las cosas de los demás a tus páginas y les robas el meríto.
PLAGIADORA
y sabes ke es verdad.
se autentica por una vez en tu vida y deja de robar lo ke no es tuyo